El canto de la oveja

La utilización del movimiento conducía una gracia hacia ese divertimento, como si los espectadores estuviéramos alucinando con el tiempo y la historia, puesto que en este uso de la actuación permite que los espectadores se conecten emocionalmente con el relato teatral. Esto quiere decir que el discurso actoral (y esto se evidenció en cada uno de ellos) trataba con los elementos bufos de los personajes a modo de introducir aquellos aspectos lúdicos y necesarios para entender la obra como una comedia inteligente y cuidada en la dirección escénica. Tanto así que el tiempo de la obra se nos acortó en el medio del placer y el divertimento que nos produjo. Tal caricaturización de los personajes adquiere diferentes matices en cada uno como para diferenciar lo grotesco con lo lúdico y lo gracioso con la gestualidad a modo de hacer entender que algunos recursos de la commedia dell’arte han sido utilizados para construir de esta obra aquella poética que lo define y le otorga éxito ante el público, ante el hecho de que el recurso estético no es más que una instrumentación del artificio actoral, liberando el peso conceptual para ofrecer a la audiencia, en cambio, una comprensión de sus propios estados de ánimos. Esto, por una parte, y por la otra, está la formalidad con que cada actriz y actor dispuso este tratamiento en la construcción de su propia estética, siempre, dirigida a esa riqueza del teatro orgánico, donde el actor: su voz, su movimiento y su desplazamiento componen la teatralidad que tanto gusta al público y sobre todo (como ha sido en esa ocasión) cuando éste está cerca de los actores. Cada actor y actriz, insisto, lo artifició desde su poética y lo condujo a este nivel del discurso escénico por igual. Así que cada quien dispuso a su vez una gracia y una relación personal con este sentido del humor de la obra. Ha sido entonces excelente esa relación recurso-estética-calidad alcanzada. Necesitaríamos un seguimiento de cada actor/actriz en seguidas funciones para detallar en análisis. Espero tener la oportunidad de hacerlo.